Presentación

El proyecto que se presenta aquí esta dirigido por la Dra. Cruces Blázquez Cerrato y tiene como objetivo principal recopilar y documentar todos aquellos testimonios ponderales hallados en la Península Ibérica, dando cabida desde los materiales más tempranos, datados a fines de la Edad del Bronce, hasta los fechados en la etapa altoimperial. Esta iniciativa tiene su punto de partida en dos proyectos previos que, financiados por la Dirección General de Patrimonio de la Junta de Castilla y León (B2020/003989 y 35.SUBV-21/235-VP), fueron concedidos a Diego Barrios Rodríguez y estuvieron destinados a la revisión de este tipo de objetos depositados en los fondos de diferentes museos castellanoleoneses.

El equipo que desarrolla este proyecto está formado por la Dra. Cruces Blázquez Cerrato (Profesora Titular de Arqueología de la Universidad de Salamanca; crucesb@usal.es) y por Diego Barrios Rodríguez que, desde enero de 2022, disfruta de un contrato predoctoral cofinanciado por la JCyL y el FSE (Orden EDU/875/2021; diebr@usal.es). El tema concreto de la tesis que, bajo la dirección de la Dra. Blázquez Cerrato y dentro del Programa de Doctorado en Prehistoria y Ciencias de la Antigüedad de la Universidad de Salamanca, actualmente está en desarrollo es el estudio de los sistemas de peso en la P. Ibérica durante la Antigüedad: referencias en las fuentes, instrumentos ponderales y sus contextos arqueológicos.

Desde Vetera Pondera in Hispania nos proponemos identificar, documentar y registrar todo tipo de objetos relacionados con la utilización de los sistemas ponderales durante el final de la Prehistoria y la Antigüedad en el territorio peninsular. En este sentido, queremos recordar que se trata de piezas cuyo aspecto, tamaño y peso varían notablemente según las áreas geográficas, las etapas históricas y los patrones metrológicos a los que corresponden, ya que, aunque el uso del metal fue siempre fundamental para la valoración en los intercambios, existieron condicionantes específicos para cada lugar y cada grupo cultural.

Así, desde la Prehistoria Reciente y también durante la Antigüedad los materiales metálicos se utilizaron para la elaboración de los diferentes instrumentos usados para pesar. Nos referirnos, en primer lugar, a herramientas básicas en esta labor, como, por ejemplo, la balanza de dos brazos (libra), con sus correspondientes platillos, y a la balanza de brazos asimétricos (statera), conocida comúnmente como ‘romana’. La primera, es decir, la balanza de dos platillos permitía establecer una comparación entre una materia y un valor ponderal, utilizando una pieza que representa y corresponde bien a la unidad del patrón utilizado o bien a alguno de sus fracciones o múltiplos. Este tipo de instrumentos están conformados mediante una barra, habitualmente cilíndrica y dispuesta en horizontal (scopus), en cuyo punto medio se sitúa un fiel (iugum) que, al situarse en posición vertical divide la barra horizontal en dos brazos de idénticas dimensiones, de cuyos extremos cuelgan dos platillos sostenidos mediante cadenas. Los restos más tempranos conocidos de este tipo de objetos se fechan ya en la primera mitad del III milenio a. C. y se han encontrado tanto en contextos de carácter habitacional como en otros de carácter funerario.

«>Fig. 1. a) Brazo de balanza procedente del Grande Tossal de Redo (Calaceite, Teruel) (Lucas, 1990: 63); dimensiones: long. 134 mm, diám. sección: 5 mm; b) plato de balanza procedente de la tumba 145 de El Cigarralejo (Mula, Murcia) (Cuadrado, 1987: 45); Dimensiones: diám. 70 mm; c) plato de balanza procedente de la tumba 305 de El Cigarralejo (Mula, Murcia) (Cuadrado, 1987: 45); dimensiones: diám. 90 mm..

Es en el siglo III a. C., durante la etapa helenística, cuando se data la aparición de la balanza de brazos asimétricos (statera), con la que se logra el mismo efecto antes descrito, aunque, gracias al alargamiento de unos de sus brazos, se utiliza una fuerza menor. Evidentemente este hecho facilitaba el acto del pesaje, ya que permite calcular el peso de objetos de dimensiones superiores mediante piezas ponderales más reducidas. Por eso, aunque la estructura y disposición de las partes de la statera es relativamente similar a las de la libra, para comprobar el peso en la ‘romana’ se utiliza un contrapeso (aequipondium).

Fig. 2. a) Relieve procedente del monumento funerario de Marcus Virgilius Eurysace, datado en el 30-20 a.C. (Corti, 2001: 162, fig. 94); b) relieve funerario datado en el siglo II d.C. procedente de Capua (Corti, 2001: 146, fig. 78)

Tanto los contrapesos como los ponderales son piezas con un peso determinado y controlado a partir de un sistema metrológico que les otorga un valor dentro del patrón de peso oficialmente reconocido. Estos objetos, que son usados como referencias de valor, están generalmente elaborados en metal, aunque también se fabricaron en piedra e, incluso, en cerámica. Para diferenciar los contrapesos de los ponderales, hay que tener en cuenta que estos últimos (pondera), al estar asociados a las librae, no necesitaban elementos de suspensión, y, en ocasiones, se encuentran perforados para así ser insertados en un alambre o vástago y mantener el conjunto de pesas unido. Por el contrario, los contrapesos (aequipondia) utilizados para pesar en las staterae, necesitan obligatoriamente de un elemento de suspensión, generalmente una argolla, pero su peso no tiene por qué corresponder a un valor exacto dentro del patrón ponderal en uso.


Fig. 3. a) Peso de bronce procedente de Cabeça de Vaiamonte (Monforte, Portoalegre, Portugal) (Barrios, 2020: 1321, fig. 3, n.º 5 y http://www.matriznet.dgpc.pt/MatrizNet/Objectos/ObjectosConsultar.aspx?IdReg=1029178); diámetro: 26,5 mm;  b) contrapeso de plomo con forma de bellota procedente de Conimbriga (Condeixa-a-Nova, Portugal); peso: 56,9 g (Alarçao & Étienne, 1979: lam. XLVIII).